lunes, 20 de febrero de 2012

Un baile de niños

Una baile de niños que lleva haciéndose tantos años que la esencia Sevillana ya no sería la misma sin esos pasitos diminutos y castañuelas.
Unas losas catedralicias que sienten esos pasos de la inocencia , los nervios y la magia de saber que centenares de ojos están clavados en unos sombreros con plumas rojas o celestes del color Inmaculado depende de la época del año.
Hoy , Lunes de Carnaval con una cuaresma cercana ,apenas a dos días  del Miércoles de Ceniza, se ha respirado en la Catedral ese gran templo de inmensidades de locura y sentimientos de acero , el olor de unos seises de antaño , de una Sevilla antigua ,de unos pasos que rememoran los más bonitos años de ancianos y jóvenes .
Y es que lo más bonito de Sevilla son sus tradiciones , ese sabor añejo que se dejan en los recuerdos y en la memoria impregnados con el calor que únicamente deja el recuerdo , porque el sevillano de pura cepa es aquel que no se pierde el baile de los seises y espera con impaciencia el poder estar sentado dentro de unos años  en un banco de la catedral viendo a sus hijos bailando acompasado de voces de ángeles que parecen bajadas del mismo cielo , el mismo sevillano que viviendo el presente no deja de pensar en su abuelo que hace ya algunas primaveras atrás , cuando en Sevilla se respiraba ese aroma de foto en blanco y negro dio esos mismos pasos que hoy da ese hijo, entre suspiro y suspiro las miradas se desvían a ese cuadro de la Inmaculada que tantas veces oyó esas suplicas de madres y padres pidiendo que todo saliese bien.
Y es que , que sería de Sevilla sin sus tradiciones , sus costumbres y sus maneras de hacer que nos sintamos más cercano a ella , porque hoy todos y cada unos de los que hemos estado allí viendo a la inocencia hecha baile hemos salido más niños y por un momento la sonrisa ha formado parte de todos y cada uno de los rostros de los presentes.
Porque Sevilla sólo se puede explicar con días como estos...