Manecillas de reloj pararse por favor , que no se muevan ni un ápice vuestras agujas para indicarnos que el tiempo avanza , para hacernos sabernos que la hora de la espera llega a su fin .
Que angustia más grande el que todavía no haya llegado y ya la esté echando de menos , por favor tiempo no avances déjame que disfrute de estos momentos , los más bonitos , en los que el azahar ya está completamente fuera , en los que el Sol brilla con más fuerza , déjame por favor que disfrute del tiempo de Sevilla , déjame que siga estando en este estado de letargo y de sosiego al que acompañan momentos de nerviosismo pensando en lo que va a llegar.
Dicen que el Sevillano cuando llega la Semana Santa es muy pesimista porque la está viviendo y ya está angustiándose porque va a acabar , la vive con la angustia de que la está perdiendo pero es una sensación tan díficil de explicar , es querer tanto algo que te gustaría que fuese eterno , ese querer dar ese abrazo infinito y capturar esa belleza para siempre.
Pero quizás si todo lo bonito fuese eterno , dejaría de ser bonito porque lo bello de esta semana gloriosa es que pasa sin darnos cuenta , es que sus chicotás son silenciosas y con paso largo , es tan breve que nos deja todo un año para anhelarla , acordarnos e imaginarla de nuevo.
Y es que lo único que no pierde su belleza al ser infinito es el Amor , ese amor de una esquina cualquiera , esa amor que se da sin esperar nada a cambio , ese amor que su infinidad lo hace aún más bello , ese amor de los primeros días , ese que nos hace que miles de mariposas revoloten por nuestro estómago , ese amor que se recoge un Domingo de Ramos entrada la madrugada y cuando pasa por la rampa del Salvador se siente como esta se vence , se nota como todo a su alrededor se queda en silencio para ver pasar lo que siempre querremos tener y no esperamos un año para anhelarlo , porque todo queda en un suspiro eterno cuando pasa el Amor.
